La inmunidad reforzada es la capacidad del sistema inmunológico de defender el cuerpo contra patógenos después de una infección o vacunación previa. En otras palabras, es cuando el sistema inmunitario se vuelve más fuerte y eficaz en la lucha contra un virus o bacteria específicos gracias a la memoria inmunológica.
¿Cómo funciona exactamente?
Cuando una persona se infecta con un patógeno por primera vez, el sistema inmunitario produce anticuerpos que reconocen proteínas específicas en la superficie de ese patógeno. También genera células B y T de memoria que "recuerdan" ese patógeno en el futuro.
Si la persona se reinfecta con el mismo patógeno, estas células de memoria se activan rápidamente y producen grandes cantidades de anticuerpos específicos. Esto conduce a una respuesta inmune más rápida y robusta que puede eliminar el patógeno antes de que cause una enfermedad.
Algunos ejemplos de inmunidad reforzada son:
En resumen, la inmunidad reforzada es un mecanismo de defensa crítico que utiliza la memoria inmunológica para proteger mejor al cuerpo. Las vacunas aprovechan este proceso para generar inmunidad sin causar la enfermedad real. Seguir investigando formas de reforzar las respuestas inmunes a patógenos peligrosos es clave para desarrollar mejores vacunas y tratamientos en el futuro.